El ser humano nace, se desarrolla, envejece y muere. Ese es el ciclo natural de la vida.
No hay forma de huir de él, aunque muchos lo intenten.
Si para morir basta estar vivo, para envejecer también. Eso es un hecho.
Sin embargo, la ciencia busca incansablemente la fórmula para la juventud eterna.
En todo el mundo, los científicos trabajan en investigaciones genéticas con el fin de descubrir la causa del envejecimiento de las células y en cómo evitarlo. Según el genetista Aubrey de Gray, de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, dentro de 50 años será posible tener el control total sobre el proceso de envejecimiento, de tal manera que las personas vivirán indefinidamente.
Mientras eso no sucede, las personas recurren a otros medios para – si no se puede evitar – al menos retrasar el envejecimiento y prolongan sus días.
Vale todo en esa carrera desenfrenada para mantenerse joven. Hay quienes prefieren recurrir a tratamientos más invasivos, los cuales traen resultados rápidos, como las cirugías plásticas, bótox e incluso tratamientos a base de hormonas.
Otros, más ponderados, prefieren adoptar hábitos saludables, que producen resultados graduales, pero mucho más seguros y saludables.
Hacer una reeducación alimenticia, practicar actividad física, ejercitar la mente y dormir por lo menos 7 horas por día son algunas actitudes que ayudan a aumentar la expectativa de vida de las personas.
El sedentarismo, por ejemplo – según un estudio publicado en el diario inglés The Lancet -, es tan nocivo a la salud como el tabaquismo y la obesidad. Y para que usted obtenga los beneficios de la actividad física basta entrenar 30 minutos por lo menos cuatro veces por semana.
Incluso la forma de encarar la vida interfiere en el proceso de envejecimiento. Es lo que dice un estudio realizado en el hospital norteamericano Brigham and Women’s. El estudio reveló que la ansiedad estimula el envejecimiento. Por lo tanto, la orden del día es relajarse.
En fin, existe una infinidad de comportamientos que si son adoptados pueden traer innumerables beneficios para la salud física y mental. Una larga vida, es uno de ellos.
Sin embargo, la verdad es que la respuesta para el envejecimiento y la muerte del ser humano está en la Biblia.
Aun con el avance de la ciencia y de la tecnología, todo y cualquier esfuerzo que el hombre haga con el objetivo de detener ese proceso será en vano.
Dios creó al hombre para que sea eterno, al igual que Él. Sin embargo, debido al pecado de Adán y Eva, la muerte pasó a formar parte del ciclo de la vida del ser humano.
“Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.” Romanos 6:23
Pero es importante recordar que, aun después de que el pecado entrara en la humanidad, la expectativa de vida del hombre era infinitamente mayor de la que tenemos hoy.
Adán vivió 930 años. Set, su hijo, 807. Enós, hijo de Set, vivió 815.
¿Cómo explicar eso?
Hay muchos factores. Pero uno de los que podemos considerar más relevante es que, en aquella época – aun cuando ya se había efectuado la corrupción humana -, el hombre aun estaba muy cercano a Dios. Aun era dirigido por Él. Existía temor y obediencia. En esa época, Dios hablaba directamente con el hombre, no había intermediarios.
Sin embargo, con el pasar de los siglos, la humanidad se fue corrompiendo aun más, y consecuentemente, distanciándose de Dios. A medida que se fue distanciando de Dios, su expectativa de vida también fue disminuyendo.
Claro que en la actualidad la baja expectativa de vida del hombre también está relacionada a los malos hábitos alimenticios, al sedentarismo, a enfermedades que surgieron a lo largo de los tiempos e incluso a cuestiones ecológicas. Pero ¿qué se puede decir sobre las personas que mueren prematuramente, en plena juventud?
Es importante considerar y meditar en lo que dice la Palabra:
“Andad en todo el camino que el Señor, vuestro Dios, os ha mandado, para que viváis, os vaya bien y prolonguéis vuestros días en la tierra que habéis de poseer.” Deuteronomio 5:33
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor, tu Dios, te da.” Éxodo 20:12
Por eso, si usted desea tener una larga vida aquí en la Tierra, obedezca a sus padres y, sobre todo, a Dios.
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