Si todavía no llegó a fin de mes pero su cuenta se encuentra vacía, es muy probable que sus finanzas estén desordenadas. En tiempos de inflación, de cuotas e impuestos, haga las paces con su bolsillo. Aprenda a evitar los errores más comunes entre los consumidores y vea cómo puede llegar a fin de mes con algo de dinero en el bolsillo.
Comience cortando gastos pequeños. Puede revisar el abono de TV por cable y ver si realmente necesita tantos canales, de esa forma puede abaratar el abono mensual. Lo mismo sucede con el teléfono, ¿vale la pena un plan tan caro? Si está suscrito a alguna publicación, fíjese si no puede consultar el mismo contenido online e imprimir solamente lo que necesita (además, ahorra espacio en casa).
Esté atento a las ofertas. La ventaja de un descuento no puede transformarse en una desventaja para su cuenta bancaria. Vea si las ofertas del estilo “pague dos, lleve tres” valen la pena, ¿necesita realmente tres unidades de ese producto o solamente compra cantidad para aprovechar la promoción? Compre solamente lo que sea útil y, si puede cancelar los emails que llegan repletos de ofertas, mucho mejor. A la hora de ir al supermercado, anote todo lo que necesita y no se salga de la lista.
Finalmente, invierta tiempo en su educación financiera. Analice sus gastos, sepa cuánto debe economizar para lograr sus objetivos. Recuerde, planear es sinónimo de seguridad y tranquilidad económica.
Ellos pusieron en práctica lo aprendido
Lidia: “Mi vida era un desastre. Tenía muchas deudas, no comía para que pudieran alimentarse mi hijo y mi esposo, no nos alcanzaba la plata a pesar de que trabajábamos los dos. Tenía mi negocio, pero se estaba fundiendo porque no había ventas.
Estaba deprimida, me iba de casa a las 8 de la mañana, trabajaba todo el día pero no veía resultados. Lo poco que ganaba mi esposo se iba en medicamentos porque estábamos enfermos mi hijo y yo.
Vivíamos en una casa chica, nos habían prestado dinero para comprarla y mi acreedor estaba constantemente reclamando el pago de la deuda.
Conocí el Congreso para el Progreso y comencé a participar. Escuché lo que enseñaban, lo puse en práctica y, gracias a Dios, la perseverancia dio resultado. Hoy estamos muy bien, pagamos las deudas, compramos una casa mucho más grande que la que teníamos, el negocio creció, compramos nuestro local, tenemos maquinaria nueva, nuestro auto 0 km, comemos lo que queremos y mi vida es una bendición total”.
Cristina: “Estaba muy mal económicamente, trabajaba en un negocio pero lo perdí, al igual que mi casa y el auto que tenía. Hace unas tres semanas que estoy participando del Congreso del Progreso y la semana pasada recibí un llamado de un proveedor que me decía que quería trabajar conmigo. A pesar de no tener condiciones pude empezar a trabajar, y además ya tengo a mi disposición una oficina. Gracias a Dios ya pude concretar mis primeras ventas”.
Congreso para el progreso, todos los lunes a las 8, 10, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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