Durante el evento, el Obispo Julio dio inicio con una inspiradora enseñanza que dejó una valiosa lección para todos los presentes.
Comenzó relatando la diferencia entre el roble y el bambú: mientras el roble, al resistirse a doblarse ante el viento, termina quebrándose, el bambú se inclina con flexibilidad y logra mantenerse firme y en pie.
De la misma manera sucede con los padres. Nadie vino al mundo con un manual de mamá o papá; por eso, es fundamental mantener un corazón humilde y dispuesto a seguir aprendiendo, aun cuando los años pasen y los hijos crezcan.
El mensaje final fue claro: la sabiduría de un padre o una madre puede fortalecer, guiar y proteger la mente de un hijo.